A nuestros muertos tenemos que hablarles. Con nuestros muertos charlamos, poseedores de la verdad última, la que nosotros perseguimos cual galgos durante toda una vida. Nuestros muertos (algunos) se han ganado nuestro recuerdo y nuestro homenaje. El nuevo número de Redobles recoge un tributo muy personal a varios de los cofrades que se fueron durante el último lustro y que dejaron ejemplo en mí y un tremendo halo de cariño. En papel, muy pronto, sus nombres, sus huellas.
A nuestros muertos tenemos que hablarles. Con nuestros muertos charlamos, poseedores de la verdad última, la que nosotros perseguimos cual galgos durante toda una vida. Nuestros muertos (algunos) se han ganado nuestro recuerdo y nuestro homenaje. El nuevo número de Redobles recoge un tributo muy personal a varios de los cofrades que se fueron durante el último lustro y que dejaron ejemplo en mí y un tremendo halo de cariño. En papel, muy pronto, sus nombres, sus huellas.
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