Juan (de Padura).


El niño y el adolescente se nos ha hecho mayor y hoy Juan (de Padura) es un hombre con el corazón partido: late por igual a las cero horas del Viernes Santo, cuando la Piedad asoma por el dintel de San Cayetano, y poco antes de las seis de la tarde, cuando los miembros de la Sección de la Cama se reúnen en la iglesia para perpetuar la tradición de acompañar a su Cristo.

Pero antes de la hora nona, antes de ocultarse bajo el capirote, se escapa acompañado de su cámara a la caza de procesiones e instantes. Es nuestro Lumière, nuestro Eduardo Gimeno, el Coyne de nuestra generación. Sus montajes me gustan porque saben a autenticidad y a verdad, sin imposturas. El público fuma, ríe y rebusca en su nariz Dios sabe qué al paso de las procesiones. Los pasos feos siguen siendo feos (y la belleza, belleza), los cofrades desenvuelven un caramelo en un aparte, los caballos del ayuntamiento defecan, hay unas baquetas que redoblan ajenas al aviso de silencio. Juan dispone de su propio canal en YouTube donde cuelga sus vídeos. Un regalo para un Viernes Santo que ni siquiera Kubrick hubiese imaginado.

https://www.youtube.com/user/juanzaragoza19


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