Teníamos una decena de viejas fotos de las Siete Palabras. Fotos en blanco y negro, fotos de aficionado, coladas en los álbumes de la Piedad, junto al álbum de la boda y a los familiares. Fotos que, en tiempos analógicos donde internet no existía, eran nuestro pasaporte para trasladarte con la imaginación hasta el Viernes Santo. Hoy es mañana de Siete Palabras, de una cofradía que cuida con esmero su historia, sus antepasados, su palillera y su guión, Burriel y Miñarro, sagas familiares y hombres solitarios que, una vez al año, saben que su lugar es la plaza del Justicia, doce de la mañana. Hoy, desde sus casas, tampoco faltarán a su cita.
Teníamos una decena de viejas fotos de las Siete Palabras. Fotos en blanco y negro, fotos de aficionado, coladas en los álbumes de la Piedad, junto al álbum de la boda y a los familiares. Fotos que, en tiempos analógicos donde internet no existía, eran nuestro pasaporte para trasladarte con la imaginación hasta el Viernes Santo. Hoy es mañana de Siete Palabras, de una cofradía que cuida con esmero su historia, sus antepasados, su palillera y su guión, Burriel y Miñarro, sagas familiares y hombres solitarios que, una vez al año, saben que su lugar es la plaza del Justicia, doce de la mañana. Hoy, desde sus casas, tampoco faltarán a su cita.
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